Piedras Preciosas

Propiedades de la piedra Lapislázuli

La piedra lapislázuli es una piedra que ha sufrido transformaciones mineralógicas y estructurales. Se ha utilizado durante miles de años en la arquitectura de santuarios religiosos, en las tumbas de los reyes o como objeto decorativo.

Etimológicamente, la piedra lapislázuli se compone de la palabra lapis, que significa piedra en latín, y de la palabra lazuli, que deriva de la palabra persa lâdjaward y tiene el significado de azur.

Lapislázuli significa piedra azul en árabe. Esta piedra se confunde a menudo con el zafiro.
El nombre de lapislázuli ha sufrido muchas transformaciones a lo largo de su historia. En la antigüedad romana, el nombre de zafiro se atribuía a este hermoso cristal azul estriado de oro. Posteriormente, la piedra recibió los nombres de ultramarinum y lazurium, que dieron lugar al término azur en francés.

La piedra lapislázuli, que se utiliza desde hace más de 6000 años, fue invocada especialmente en el famoso mito de Gilgamesh en Mesopotamia. También se utilizaba para decorar joyas y los mausoleos del antiguo Egipto. Esta piedra se menciona incluso en la Biblia, lo que atestigua su gran valor a lo largo de los siglos.

La arqueología moderna ha demostrado que el comercio de la piedra lapislázuli fue siempre floreciente y que siempre despertó codicia, hasta el punto de que esta piedra fue objeto de continuas beligerancias entre las ciudades-estado de Mesopotamia. Es una prueba más que demuestra el importante lugar que ocupa esta piedra en la vida cotidiana de la época y su influencia en el virtuosismo, la opulencia y el refinamiento de esta civilización.
Procedencia: los principales yacimientos se encuentran en Afganistán y Chile.

Características de la piedra lapislázuli

Lazurita es el componente esencial de este mineral de color azul intenso cuya extracción se remonta a los albores del tiempo.
La piedra lapislázuli también se compone de pirita, un mineral amarillo que da al lapislázuli reflejos dorados. Cuanto más pirita contenga este cristal, mayor será su valor en el mercado.

Esta piedra también contiene en su composición otros cuerpos de filigrana como el hierro, el zinc, el cobalto, el cinc, la plata y el selenio.
Los mayores yacimientos de piedra lapislázuli se encuentran principalmente en el norte de Afganistán, en la provincia de Badakhshan. También se encuentran otros yacimientos en todo el mundo, como en Chile, Canadá, Estados Unidos, Angola y Rusia. Sin embargo, la piedra lapislázuli extraída en estos países sería de un azul más apagado y, por tanto, de menor calidad que los procedentes de Afganistán.

Virtudes de la piedra lapislázuli

piedra lapislazuli

Aunque esta piedra se utilizaba en diferentes civilizaciones antiguas, el simbolismo que se le asignaba cambiaba según los pueblos.

Entre los romanos, por ejemplo, la piedra lapislázuli era la gema que se unía a Venus, diosa del amor, porque se creía que tenía poderes afrodisíacos.

Entre los griegos, esta piedra se asociaba a la diosa de la guerra y a la diosa de la sabiduría. Por eso se le llamó, con razón, el zafiro de los antiguos.

En la Edad Media, la piedra lapislázuli era eficaz en la lucha contra las fobias, la incertidumbre y la envidia.

A nivel físico

En la Edad Media, la piedra lapislázuli se trituraba muy finamente y se mezclaba con leche. Luego se sumergía una compresa en esta mezcla y se aplicaba a forúnculos, quemaduras, acné y otras enfermedades de la piel.

Este cristal tenía poderes terapéuticos en el tratamiento de problemas dérmicos desde aquella lejana época.
La piedra lapislázuli es eficaz para luchar contra el insomnio, el sueño cortado, los trastornos del sueño o las pesadillas. Basta con colocar este cristal en la mesilla de noche o bajo la almohada para dormir a pierna suelta. ¡Adiós a las noches de insomnio!

Esta gema también puede ayudar a prevenir los mareos.

La piedra lapislázuli también es buena para los músculos y las fracturas. Esta piedra contiene minerales que pueden ser eficaces para curar los huesos y los músculos.

La piedra lapislázuli también tiene el poder beneficioso de bajar la fiebre y reducir la tensión sanguínea y nerviosa. Gracias a sus propiedades energéticas, la piedra lapislázuli puede ser muy eficaz contra el dolor de garganta, la migraña, los trastornos de la circulación sanguínea y algunas alergias.

A nivel emocional/espiritual

Como la piedra lapislázuli está estrechamente asociada al chakra de la garganta, queda vinculado al poder de la comunicación, pero también de la escucha y la razón.

Si tienes dificultades de comunicación, el elixir de oiedra lapislázuli liberará tu expresión oral, ayudándote a superar su timidez y a reconfortar la confianza en tí mismo. Puedes llevar esta piedra mientras hablas frente a un público, y esto te hará más confiado, más seguro de ti mismo.

Esta piedra es, por tanto, el tratamiento perfecto para las personas taciturnas, retraídas y que desean mejorar su sentido de la comunicación, avivar su expresión e ir más allá de sus límites.

Si la piedra lapislázuli desarrolla el sentido de la comunicación y crea un clima de simpatía en torno a uno mismo fomentando sentimientos positivos de amor y amistad, también es una piedra que favorece la comprensión de uno mismo y de los demás.

También es un instrumento que fomenta la sabiduría y la meditación, y un excelente medio para desarrollar los dones extrasensoriales. En efecto, esta piedra puede ayudarte a recordar mejor tus sueños y, sobre todo, a desmitificar su significado oculto y latente y a descifrar sus mensajes, a menudo ocultos.

Además, esta piedra puede neutralizar un hechizo maligno que se haya lanzado sobre ti a través del habla.

La piedra lapislázuli tiene el poder de disminuir los efectos de la maldición, de alejar los ataques espirituales y mucho más, de devolverlos al emisor.

La piedra lapislázuli permite armonizar los distintos estados emocionales, pero también construir una simbiosis perfecta entre lo espiritual, el alma y el cuerpo.

Purificación y recarga de la piedra lapislázuli

Ya sea en forma de colgante, pulsera, gema rodada o en bruto, la piedra lapislázuli debe ser purificada y recargada para que pueda volver a aportarte sus beneficios.

En efecto, al cabo de un tiempo, la piedra habrá dado toda la energía que contenía y necesitará volver a encontrar energías naturales.

Para ello, basta con sumergirla en un recipiente de vidrio o cerámica lleno de agua destilada durante la noche. Sobre todo, evita sumergirla en agua salada para no dañarlo.
Luego, debes recargar la piedra a la luz de la luna durante toda la noche. Intenta recargarla en la noche de luna nueva.
Si quieres cargarla exponiéndola a la luz del sol, hazlo sólo durante 1 ó 2 horas, ya que dejarlo al sol durante mucho tiempo dañará la belleza de tu lapislázuli.

Recuerda siempre purificar y recargar una piedra cuando te la acabas de apropiar para eliminar las vibraciones anteriores.

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